La guerra de Ucrania cumplirá en febrero dos años, y no tiene visos de que avance en ninguno de los dos sentidos. Aunque tanto Rusia como el país invadido no quieren ni oír hablar de tregua, ya hay voces que apuntan a que esta es inevitable.

Sin logros significativos y con el mundo mirando a Israel y Hamás, algunos expertos ponen sobre la mesa la posibilidad de un alto el fuego permanente. Esta es la cuestión que ha planteado el Daily Mail a varios expertos militares.

Charlie Herbert, es un exgeneral de división del ejército británico que sirvió en Afganistán, dijo que firmar una tregua sólo congelaría las "aspiraciones asesinas" de Putin en lugar de detenerlas por completo.

Por su parte, Aliona Hlivco, directora general del grupo de expertos Henry Jackson Society, y una expolítica ucraniana cuyo hermano está luchando en el frente, dice: "Esta es una guerra existencial para Ucrania. Si llegamos a un acuerdo ahora, como lo hicimos en 2015, Putin sólo regresará diez años después para eliminar a la nación ucraniana como entidad".

Ben Hodges, ex comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa, dice: "Zelenski sabe que no se puede confiar en Rusia en ninguna negociación y que el Kremlin está jugando a largo plazo, esperando que Estados Unidos y otras naciones occidentales presionen a Ucrania para que considere un tratado de paz".

Putin y Zelenski no quieren saber nada de treguas

Por su parte, Kevin Ryan, un general de brigada retirado del ejército estadounidense, está de acuerdo y dice que la seguridad de Ucrania y las naciones occidentales —especialmente Estonia, Lituania y Polonia en el flanco oriental de la OTAN— estaría en peligro si Zelensky firmara un acuerdo de paz ahora.

"Ucrania es el primer campo de batalla de la guerra de Putin con Occidente", dice Ryan. "Occidente no se ha dado cuenta completamente de la realidad de que estamos en guerra con Rusia. Países como Polonia y los países bálticos creen en las palabras y acciones de Putin y piensan que estamos en una guerra", prosigue.

"¿Pero Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de la OTAN? Creo que creen que esto es sólo una guerra entre Rusia y Ucrania, una guerra en la que podemos estar al margen ayudando", añade.

Ryan insiste en que no se debe firmar ningún acuerdo de paz antes de que las tropas ucranianas recuperen el territorio que perdieron en la invasión rusa de 2022, así como Crimea, y que las naciones occidentales deberían hacer más para ayudar a Ucrania a lograrlo.

Nunca sin Crimea

Ben Hodges está de acuerdo: "Zelenski sabe que necesita Crimea. Nunca estarán seguros mientras Rusia ocupe Crimea. Zelenski nunca podrá reconstruir Ucrania si Rusia está en Crimea y es capaz de bloquear o perturbar todos los puertos de Ucrania".

No obstante, Charlie Herbert cree que Zelenski "inevitablemente buscará una serie de opciones para poner fin a esta guerra de una manera que sea tolerable para el pueblo ucraniano".

"Han sacrificado una cantidad enorme, más de lo que sospecho que alguna vez sabremos o podremos comprender, pero una guerra sin fin no es posible para Ucrania ni para sus partidarios occidentales", añade.

Una guerra sin fin no es posible para Ucrania ni para sus partidarios occidentales

Todos los expertos admiten que la tan esperada contraofensiva de Ucrania, que comenzó en verano, no ha tenido el éxito que esperaban Ucrania y sus aliados occidentales.

La contraofensiva ha avanzado a un ritmo mucho más lento de lo previsto cuando las naciones occidentales enviaron tanques y misiles a Ucrania, mientras las tropas ucranianas luchaban por desalojar a los soldados rusos que están atrincherados entre los capturados. Y esto ha significado que Rusia todavía controla casi una quinta parte de Ucrania.

Los soldados ucranianos siguen luchando, decididos a proteger su tierra. Pero la situación es terrible: ambos sufren grandes pérdidas y se calcula que hay 100.000 bajas en cada bando.

Y desde que comenzó la contraofensiva, Ucrania ha avanzado apenas 16 km. Perdió el 20% de sus armas de campo en las dos primeras semanas de la operación.

"La guerra está estancada"

"La guerra está estancada", dice el coronel retirado del ejército estadounidense Gian Gentile. 

"Después de meses de combates implacables y agotadores, con enormes bajas en ambos bandos y pocos cambios en la posición de las líneas del frente, se ha vuelto cada vez más evidente que ninguno de los bandos tenía todavía una ventaja militar decisiva", dice Herbert.

Herbert añade que esto significa que la perspectiva de una victoria militar decisiva de cualquier lado sigue siendo "ilusoria". "No deberíamos sorprendernos", dice Herbert.

La naturaleza insensible y sacrificial de las tácticas rusas de 'picar carne' ha demostrado estar más allá de la capacidad de Ucrania para derrotarlas rápidamente, independientemente del coraje y la determinación implacables de las fuerzas armadas ucranianas", añade.

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Gentile, director asociado del Centro Arroyo del grupo de expertos RAND en Estados Unidos, dice que la moral entre los soldados rusos aún es baja. Dice que Occidente debe aprovechar esto y suministrar a Ucrania más armas para que pueda ganar decisivamente.

"Aunque los rusos han construido formidables líneas defensivas con minas, obstáculos y trincheras, la moral rusa en general sigue siendo bastante baja y carecen de una verdadera reserva operativa para responder a un avance ucraniano", dice Gentile.

Gentile, que sirvió en Irak, añadió: "En otras palabras, las defensas rusas son susceptibles a una ofensiva ucraniana que podría causar una ruptura sistemática en las defensas generales de los hombres de Putin".

Hodges también tiene esperanza: "La contraofensiva sobre el terreno no está yendo tan bien como todos esperábamos, pero sigue avanzando", afirma Hodges. "Soy testigo de los desembarcos ucranianos y la expansión de la cabeza de playa en la margen izquierda del río Dniéper", agrega.

La contraofensiva sobre el terreno no está yendo tan bien como todos esperábamos

Hodges dice que estos avances, por pequeños que sean, significan que Zelenski "no tiene necesidad ni deseo de conformarse con nada con Putin". Herbert dice que si bien la perspectiva de un cambio significativo en el estancamiento durante los meses de invierno es "débil", es "demasiado pronto para considerar con seriedad que cualquiera de las partes está lista para alguna forma de acuerdo político negociado para poner fin a esta guerra". 

Y sin ningún acuerdo de paz o acuerdo, Herbert dice que otro "verano sangriento de desgaste el próximo año sigue siendo el escenario más probable, con los lados tratando desesperadamente de encontrar ventajas tecnológicas, tácticas y logísticas".

"Será una competencia mortal para salir del punto muerto, no muy diferente a la que enfrentaron las fuerzas aliadas en el frente occidental en la Primera Guerra Mundial", dice Herbert. "Occidente puede poner fin a la guerra, si tan sólo proporciona a Ucrania suficiente armamento para ganar", añade.

Un desperdicio

Philip Ingram, coronel retirado del ejército británico y especialista en inteligencia militar, dijo: "Si el apoyo disminuye antes de que Ucrania haya logrado derrotar a los rusos, entonces se han desperdiciado miles de millones de dólares en ayuda que se le ha dado a Ucrania hasta ahora".

"Cualquier gobierno occidental, incluido el de Estados Unidos, que decida desperdiciar todo ese dinero y no dar más estará cometiendo un suicidio político", agrega.

Hlivco dice: "Ucrania necesita más armas, más municiones, más sistemas de largo alcance y más aviones de combate de cuarta generación como los F16. Toda la contraofensiva fracasó porque nos faltan suministros de armas". Cuando se le pregunta cuánto tiempo cree que podría durar la guerra, Hlivco dice: "Mi hermano, que es un soldado en el frente en Ucrania, dijo que están listos para pelear esta guerra durante al menos una década".

Volver a la frontera de 1991

Para Hodges, la medida más importante que Occidente puede tomar sería "declarar públicamente que es de nuestro interés estratégico que Ucrania gane, derrote a Rusia y expulse a Rusia de regreso a la frontera de 1991" y envíe más armas.

"Un objetivo estratégico de este tipo generaría políticas mucho más eficaces en materia de apoyo a Ucrania", afirma Hodges, explicando cómo las políticas deberían centrarse en el envío de más armas a Ucrania.

"La administración estadounidense decidirá en última instancia cómo terminará esta guerra", afirma Hodges. "La política actual de 'contigo durante el tiempo que sea necesario' es otra forma de decir que no estamos comprometidos a que Ucrania gane, sino que proporcionaremos una ayuda incremental que mantenga a Ucrania en la lucha, pero que no será decisiva", añade.

"Esta es una mala política y es una enorme oportunidad perdida para ayudar a Ucrania a infligir una derrota a Rusia y cambiar la situación de seguridad en Europa durante generaciones", dice.

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Para Herbert, dice que existe una "cierta inevitabilidad" de que el conflicto llegue a su fin mediante algún tipo de acuerdo político, pero insiste en que tal acuerdo no debería alcanzarse en el corto plazo.

"A falta de un cambio fundamental en el estancamiento de las trincheras, existe cierta inevitabilidad de que este conflicto llegue a su fin no mediante el cañón de un tanque, sino mediante una diplomacia silenciosa y alguna forma de acuerdo político, pero no en el corto plazo", afirma Herbert.

"Llegará un momento en que Ucrania se verá obligada a aceptar al menos un alto el fuego si no hay cambios en la situación en el campo de batalla", afirma Ryan.

"Los objetivos de que Ucrania sea soberana y libre no se lograrán en la mesa de negociaciones", añade. "Ucrania y Occidente deben afirmarlos y protegerlos con poder militar", concluye.